sábado, 1 de junio de 2013

EL AGUILILLA CALZADA Y SU PRESA

Si la jornada del sábado pasado fue prolífica en mi zona de pajareo gracias, principalmente, al nido de chotacabras gris, el domingo no lo fue menos con una visión espectacular que comentaré al final de esta entrada.
Acostumbro a describir las salidas de principio a fin y fue al final cuando observé un hecho espectacular e interesante.

Aguililla calzada Hieraaetus pennatus.
El día se presentó soleado. Mi inteción era fotografiar alguna de las víboras de Seoane Vipera seoanei que se encuentran cerca de la ría de Asua, aunque debido al calor permanecerían escondidas.
Mi ruta de los domingos es básicamente la misma que la de los sábados, sólo que empleo menos tiempo en recorrerla y la extiendo posteriormente hacia las inmediaciones de la ría, donde puedo observar otras especies de aves.
El primer avistamiento de interés, lo protagonizó la pareja de palomas torcaces Columba palumbus que pasó volando por encima del dosel forestal para posarse fuera de mi vista en un lejano árbol, probablemente, donde tengan el nido.
Dejé los prados para internarme en el bosque mixto, embriagado por los sonidos de mirlos comunes, currucas capirotadas, papamoscas grises, picos picapinos y el distante graznido de uno de los ejemplares de la pareja que anida a no mucha distancia.
Un agateador común se pone a tiro en un gran roble Quercus robur, cosa que no ocurre a menudo. Así que aprovecho el instante para fotografiarlo. Seguro que es uno de los individuos de la pareja que crió en la caja-nido.

Agateador común Certhia brachydactyla subiendo por un roble Quercus robur.
Continué mi camino saliendo del bosque y pasando por la zona del nido de chotacabras, eso sí, a una distancia prudencial. En unas acacias Robinia pseudoacacia, escuché el canto de un macho de pinzón vulgar, el cual pensaba que no criaría este año aquí. Parece que comienza tarde con la reproducción.
Ya junto a la ría, un macho de cernícalo vulgar Falco tinnunculus voló hasta posarse en un cable, lo que me permitió observarlo con detalle a través del telescopio.

Macho de cernícalo vulgar Falco tinnunculus.

Cernícalo vulgar / Common krestel
Parece que todos están afanados en la cría, como este macho de colirrojo tizón Phoenicurus ochruros, con un insecto en el pico para alimentar a sus pequeños retoños.

Macho de colirrojo tizón Phoenicurus ochruros.
El poderoso vuelo de la garza real Ardea cinerea me obligó a levantar la mirada hacia el cielo. Normalmente, esta especie la suelo ver por allí en invierno, por lo que resulta extraño que aún permanezca un ejemplar adulto.
Más adelante, llegué al territorio de las ranas verdes Rana perezi. Es una explanada de cemento, con huecos llenos de agua donde solían vivir las ranas, pero este año están demasiado llenos y no sobresale ningún bloque o roca para poder posarse. Supongo que se las habrán arreglado para criar en otro lugar.
Tras este pequeño varapalo, dirigí mis pasos hacia el hogar de las culebras viperinas. Se trata de una zona invadida por la Cortaderia selloana, similar al lugar donde están criando los chotacabras, pero aún más extenso.
Divisé mi primera libélula del año, por increíble que parezca a estas alturas, la Sympetrum fonscolombii.

Sympetrum fonscolombii.
No di con las serpientes, pero las rapaces me entretuvieron durante la búsqueda. Las primeras en aparecer fueron los buitres leonados, concretamente, un grupo de 6 ejemplares que volaba con su majestuoso y lento planeo.

Este año veo con gran asiduidad buitre leonados Gyps fulvus, cuando lo normal había sido verlos en 3 ó 4 ocasiones a lo largo del año.
Avancé un trecho más y un busardo ratonero Buteo buteo estubo a punto de enzarzarse en una disputa con un aguililla calzada Hieraaetus pennatus de fase oscura que ha entrado en sus dominios, aunque al final la sangre no llegó al río.

Arriba aguililla calzada Hieraaetus pennatus; abajo, busardo ratonero Buteo buteo.

El encuentro se saldó sin incidentes.
Al final, la calzada decidió buscar sustento en otro lugar, mas el busardo se quedó planeando un buen rato encima de mí.

Busardo ratonero Buteo buteo.
Varios pasos entre pampas y un macho de chotacabras gris salió volando a escasos metros de mí para detenerse a poca distancia, oculto nuevamente entra la vegetación. La identificación del sexo es fácil de día, ya que los machos poseen unas distintivas y fanéricas manchas blancas en las primarias, más pequeñas y de un color sucio en las hembras.
Los chotacabras suelen relevarse al atardecer en la incubación de los huevos, siendo el macho el que se ocupa de tal tarea por la noche, por lo que deducí que había descubierto el posadero diurno del macho. Además, en dicho posadero había gran cantidad de excrementos que evidenciaban que no era un lugar utilizado esporádicamente, sino con bastante frecuencia.

Lugar de descanso diurno del macho de chotacabras gris Caprimulgus europaeus.
Como dato curioso, el macho descansa a medio kilómetro en línea recta del nido. No imaginaba que se alejarían tanto, pero pensándolo bien no sería bueno situarse cerca del nido dejando excrementos y otras marcas olorosas que tal vez acabarían llevando a algún depredador directamente al nido.
Poco después, me detuve para fotografiar las Serapias cordigera que adornaban cada pequeño claro antes de salir de la zona de pampas.

Orquídea Serapias cordigera.
Un reclamo familiar se escuchaba en los sauces Salix atrocinerea, descubriendo con alegría que era una hembra de tarabilla común Saxicola torquata, especie que no había vuelto a criar desde hacía 2 años.

Tarabilla común hembra Saxicola torquata.
Un buitrón Cisticola juncidis no paraba de sobrevolarme emitiendo su monosílabo reclamo y las currucas cabecinegras Sylvia melanocephala hacían lo propio entre los arbustos. Hace dos años que estas currucas se establecieron allí, pero nunca me habían dejado verlas. En esta ocasión, un precioso macho salió a llamar mi atención teniendo, seguramente, el nido cerca.

Macho de curruca cabecinegra Sylvia melanocephala.

Curruca cabecinegra / Txinbo burubeltz.

Curruca cabecinegra / Sardinian warbler.
Una preciosa pareja de verdecillos Serinus serinus posaron para una foto cuando ya había salido de la zona de pampas.


Arriba, macho de verdecillo; abajo, joven.
Dejé la zona de la ría y comencé a ascender para regresar al inicio de mi ruta para dar por finalizada la jornada. Sin embargo, antes de llegar, me paré a sentarme en un alto a la vera de un solitario laurel Laurus nobilis, desde donde suelo tener buenas observaciones de rapaces. No fue diferente está vez y, nada más acomodarme, una calzada de fase oscura (el ejemplar observado junto a la ría) salió volando a unos 10 metros de mi posición. Rápidamente, se alejó, pero pude distinguir que llevaba una presa en las garras. En las fotos me parece una lavandera blanca Motacilla alba que debió cazar desde el punto de donde la vi salir, no obstante, se encontraba oculto por una colina.
Las fotos son demasiado lejanas, aunque dejan entrever que lleva una presa entre las garras.
Os dejo con las fotos ( siento la lejanía de las mismas, no se corresponde con la calidad de lo observado) del encuentro que me permitió comprobar  que, a pesar de lo pequeño del paraje, sirve como cazadero a las rapaces. Es la primera que veo con un ave en las garras, en consecuencia, y debido a que ya he observado rapaces con roedores y serpientes, es un buen lugar en cuanto a presas para este grupo de aves depredadores. La última imagen es de una abejero europeo Pernis apivorus que fotografié poco después a bastante distancia.

En algunas fotos se puede apreciar una estela de plumón que va dejando la desafortunada víctima.

Aquí vemos como el águila calzada Hieraaetus pennatus asesta al pajarillo varios picotazos para acabar con él-

Aguililla calzada / Arrano txikia.

Aguililla calzada / Booted eagle.

En este recorte vemos más claramente la larga cola con las rectrices externas blancas y las centrales negras características de las lavanderas blancas Motacilla alba. Aún así, si alguien cree que es otra especie, agradecería que me lo dijese en los comentarios.

Abejero europeo Pernis apivorus.

¡Hasta la próxima entrada!

4 comentarios:

  1. Muy guapo el momento de la calzada con su presa.
    Bien pillao.

    un abrazo

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  2. Vaya, sí que tiene pinta de lavandera la presa, más que de pinzón vulgar como llegué a pensar por un momento.
    Qué maravilla tener así de controlado el territorio "chotacabrero".
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También pensé en el pinzón, pero la cola parece muy larga. Espero tenerlo más controlado cada año para aprender mucho sobre una especie que siempre me ha interesado especialmente.
      ¡Muchas gracias por pasarte y comentar!
      ¡Un saludo!

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